miércoles, 28 de marzo de 2012

Félix Díaz, el Qarashé.



por Néstor Elias

Félix Díaz es sin duda el primer paradigma posible, después de mucho tiempo por este rincón del planeta, para aglutinar las motivaciones profundas de una América necesariamente justa y diversa; y por lo tanto igualitaria. Seguramente no la única. Su Pueblo, la Nación Q’om, es uno de los tantos pueblos postergados a manos de la discriminación exclavista, el modelo extractivo (régimen social de acumulación y distribución de riqueza) que se expande dominando y doblegando por todos los medios posibles (y bestiales) a las comunidades que habitan sus territorios ancestrales en lo que podemos llamar con certeza un sistema apropiador basado en una clara asimetría de fuerzas y conceptos ligados al bienestar y al cuidado del ambiente donde se puede desarrollar esa antigua filosofía del buen vivir de los pueblos y los individuos.

Hace más de doce o trece años vengo desarrollando actividades con distintas comunidades del Pueblo Q’om. Hace doce o trece años que vengo repitiendo las mismas cosas, esas mismas cosas que dicha Nación viene pidiendo, gritando y exigiendo desde hace más de quinientos años; que se cumplan sus derechos más elementales de vivir en sus territorios sin atropellos ni arbitrios ilegales de ninguna índole. Tener el acceso directo y sin intermediaciones al agua, al monte y a todos los derechos adquiridos por el simple hecho de haberse transformado en ciudadanos argentinos y habitar el suelo de dicho país. Derecho a tener documento de identidad y pasaporte, derecho a la educación pública y gratuita, derecho genuino a la salud y su cuidado. Derecho a circular libremente por todo el territorio sin ningún tipo de limitación discriminatoria, intimidatoria y/ó de ninguna otra índole. Tener el derecho a ejercer sus ceremonias ancestrales y practicar sus costumbres libremente. Practicar el derecho de utilizar su lengua madre sin restricción alguna y poder inscribir a sus hijos con las denominaciones que sus padres decidan. Tener el derecho a practicar su religión abiertamente como cualquier otra comunidad en cualquier circunstancia. También acceder al derecho de elegir mediante sus tradiciones a sus referentes y voceros. En síntesis, lo que pide la Nación Q’om es ni más ni menos, que se cumplan sus derechos humanos y las leyes de la Nación Argentina.
Conocí a Félix Díaz, no hace mucho tiempo. De todos modos podría haberlo conocido ayer y mi percepción sobre la estatura de su figura no habría cambiado en nada. Félix es a todas voces el qarashé de su Comunidad y no sólo porque ella lo ha votado en diversas oportunidades (el factor más importante), sino porque su capacidad para explicitar la situación de su pueblo es abarcatívamente infinita y deliciosamente penetrante. Tuve oportunidad de estar acompañándolo en diversos momentos de su lucha al frente de su pueblo y nunca dejó de sorprenderme su calma, su tezón y su vocabulario (castellano) meditado, reflexivo, siempre profundo.
Podía estar allí en el medio de la Av. 9 de julio en el centro de la ciudad de Buenos Aires rodeado de automotores, ruidos y transeúntes; o bien entrando a una oficina ministerial, que nada lo movía de su eje. Desde el Teatro del Hotel BAUEN rodeado de liturgia afín hasta la populosa Feria del Libro de Buenos Aires junto a enormes personalidades; desde el frente de una marcha en plena resistencia hasta el Festival Nacional de Folklore en Cosquín, o bien explicando la situación frente a numerosos intelectuales en la Asamblea de Carta Abierta y de allí a la Universidad de Buenos Aires, al Museo Etnológico, a los medios de difusión nacionales y extranjeros, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington; en fin, podía estar en todas partes y siempre con el tono adecuado, precisando cada concepto, explicitando su cultura, manifestando su verdadero poder, la humildad y claridad de todo su pueblo. Félix Díaz es un ser humano excepcional, y esa característica lo ha transformado en la figura emergente del indigenismo más combativo de los últimos tiempos.
Félix Díaz es consultado e invitado por todos los referentes originarios del territorio (hoy) argentino, sean estos Mapuches, Tehuelches, Quechuas, Aymarás, Guaraníes, Tonocoté, Wichís y de muchas otras comunidades. Ha participado de encuentros junto al consejo de Amautas del Cuzco y recibió las fuerzas y el apoyo de todos ellos.
Han pasado, las diversas marchas de reclamo por justicia ante los asesinatos de Roberto y Mario López en la feroz represión del 23 de noviembre de 2010, así como también las dos huelgas de hambre emprendidas por el Qarashé (la primera durante el 23 de diciembre del 2010 hasta el 30 de diciembre y la segunda que superó los quince días durante el mes de abril del mismo año) junto a otros miembros originarios y solidarios. Han pasado también las asambleas, las visitas ilustres al campamento Qom, entre las cuales destacamos a Adolfo Pérez Esquivel, Nora Cortiñas, Eduardo Galeano y Osvaldo Bayer, los apoyos irrestrictos de muchos militantes autogestivos de todas las características posibles, que se hicieron cargo de sostener el esfuerzo de acompañar y asegurar la presencia de los hermanos qom en esa vorágine que significa el centro de la ciudad para quienes acuñan otras costumbres cotidianas. Han pasado muchos meses sin ser recibidos por una autoridad competente y cuando esto sucedió (previo al acto electoral de las Elecciones Primarias Obligatorias Nacionales) se conformó una mesa de diálogo con representantes del Gobierno Nacional, representantes del Gobierno de la Provincia de Formosa, y los hasta entonces no reconocidos (por el gobierno central) referentes Q’om de la Comunidad La Primavera, Félix Díaz (elegido por sus hermanos qom) y Cristino Sanabria (elegido por una minoría qom pero con el apoyo del gobernador Gildo Insfrán y su agrupación partidaria el Frente para la Victoria). A esta mesa se sumaron los llamados garantes y allí estuvieron representantes de DDHH, entre ellos el premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, el dirigente de la CCC Pablo Pimentel , y representantes del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales ). La actividad de la mesa estuvo ligada al calendario electoral y tuvo más desidia y obligación para Félix Díaz que respuestas claras por parte del estado. Para peor, la estrategia del Gobierno Nacional de desplazar a Díaz fracasó en todos sus intentos y a consecuencia de ello los representantes del gobierno nacional y provincial decidieron levantar tal mesa de diálogo boicoteando sucesivas fechas de reunión. Pasaron mucho meses y el Pueblo Q’om de la Comunidad conocida como La Primavera, sigue esperando ser recibido por la Presidenta de la Nación.
Aún así, su lucha no está cercana a concluir ni mucho menos, por lo tanto esta nota, como su acción, siempre estará incompleta y probablemente en algunos aspectos el tiempo la llevará a ser inexacta y solo servirá como otra pincelada para comprender un problema por demás complejo y dinámico como el que pretendemos abordar.En su provincia de origen, Formosa, hay un poder instalado desde muchos años que tiene sumergido al Pueblo Q’om en la peor de las miserias.

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